Las chicas buenas van al cielo

No me molesta lo que la gente diga de mi. Siempre he sido muy independiente y más desde que descubrí lo que soy. 

En mi familia decían que era rara. Pasaba una fase gótica, según ellos. Nada más lejos de la realidad. Me encanta vestir de negro, para qué negarlo, me siento bien embutida en un vestido negro, me encuentro femenina y sexy aunque esa no es la única razón por la que lo hago.

Confieso. Soy una bruja. 

Y no, aunque también tengo mucho carácter y a veces me porto como una tirana, no solo soy de esas brujas. La magia y los hechizos forman parte de mi vida y acabé juntando un pequeño aquelarre del que acabé siendo la jefa.


Un montón de mujeres con muchas ganas de hacer magia de la buena. Y durante un tiempo me fue bien. Hasta que otra de las brujas mas jóvenes decidió quitarme de en medio. Ya sabéis que siempre hay alguien más joven y ambicioso dispuesto a apuñalarte por la espalda. En mi caso la mala perra de Angie, con su cara de niña buena y sus ojos llenos de envidia.

Lástima que yo soy más ambiciosa y más vieja. Ya se sabe, más sabe el diablo por viejo que por diablo. Y en mi caso tengo al diablo a mi lado, además. A través de un pequeño hechizo que me permitió oírla y verla a través de los espejos de la casa me enteré de todo y descubrí su plan. Envenenó con mentiras a todo mi aquelarre, todas querían quitarme de en medio. Por lo visto me había vuelto un tanto "exigente y dictatorial" en palabras de algunas.

No puedo negar que me entró mucha rabia y que quizá reaccioné de manera desmesurada, pero oye, una debe dejar claros sus objetivos. Reconozco que incendiar la casa fue un error, no pensé demasiado en eso de quedarme en la calle. Pero bueno, cargarme a un puñado de brujas a la usanza medieval me pareció una lección muy clara: la que me traiciona a la hoguera.

Aún sonrió cuando rememoro ese momento. Y a la instigadora un castigo más ejemplar, la he convertido en mi pájaro. Toda la vida encerrada en una jaula a mi merced. Me parece lo justo. Aún no canta pero ya cantará...eso que no lo dude.

Y mientras busco un nuevo hogar y un nuevo aquelarre me gusta sonreír y recordar que a mala bruja no me gana nadie. Y que como decía Mae West, la chicas buenas van al cielo pero las malas van a todas partes. 

FIN

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