Hacia el horizonte

El sol se iba ocultando en el horizonte y en el coche tan sólo viajábamos mis pensamientos y yo acompañados del sonido bajo de la radio, donde sonaban canciones que flotaban en el aire sin que reparase demasiado en ellas.
No esperaba verme en esa posición de nuevo. Abandonar el nido una nueva vez en busca de un mejor futuro con mis pocas pertenencias metidas en dos maletas y los sueños que aún no había ido dejando por el camino ocupando un trozo de mi corazón.
No tenía ni la menor idea de en qué acabaría trabajando, tan sólo el nombre de un contacto, el nombre de un hostal y trescientos euros en el bolsillo. No era ni la mejor ni la peor forma de empezar una nueva vida, al menos, eso pensaba todo el mundo. Yo les decía que no, que todo iría bien, pero en el fondo estaba de acuerdo con mis amigos y familia: aquello era un poco locura.
Nadie sabe si algún día conseguiría alcanzar mis metas pero no pretendía quedarme a esperar que la vida me sonriera.
- Si la vida te da limones, - solía decir mi abuelo - haz limonada.
A mi la vida no había dado  más que disgustos y me había cansado de que me vapulease el corazón y la cartera. Estaba dispuesto a mejorar y a ser yo quien le diese una buena tunda a la perra vida. 
Sin ataduras, sólo con el horizonte y mis sueños por delante. Donde quiera que me llevase el camino.

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2 Comentarios

  1. Muy buen relato. Parece ser que lo que más nos sugiere esta foto es la idea de escapar hacia algo mejor ;=)

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  2. Vaya, las dos habéis tenido una idea similar... :)

    Hoy día, tristemente tan frecuente... por necesidad sobre todo...
    Muy bueno el relato reflexión :)

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